Trends&Thoughts: Tendencias en el sector hotelero.Espacios para crear una experiencia
Diseño y equipamiento de hoteles: nuevas tendencias, nuevos retos.
Los hoteles ya no son lo que eran. La llegada de plataformas como Airbnb y el auge de los apartamentos turísticos, ha supuesto un reto para el sector hotelero, que al igual que ha sucedido en otros mercados, se ha visto obligado a reinventarse. Frente a un cambio en las alternativas de las que disponen los clientes, y la consecuente modificación de la demanda, los hoteles se han visto obligados a preguntarse: ¿qué podemos ofrecer nosotros que no pueda ofrecer, por ejemplo, Airbnb?
La respuesta pasa por ofrecer un valor añadido al cliente y reinventar el concepto de hotel, lo que inevitablemente, repercute en el diseño y el equipamiento de los espacios.
Creando experiencias – Los hoteles como marcas
Una de las grandes apuestas de los hoteles para diferenciarse, ya no sólo de nuevas formas de alojamiento temporal, sino de otros hoteles, es convertir el hotel en una marca reconocible y crear una experiencia única para el cliente. Un excelente ejemplo es el hotel Public de Nueva York, ideado por Ian Schrager (propietario del mítico Studio 54), que se basa en la idea de “lujo accesible” y ofrece desde restaurantes hasta un calendario de eventos y exposiciones de arte.
Otra cadena de hoteles que se ha diferenciado por crear marca es Mama Shelter, de la familia Trigano y el diseñador Philip Starck. Cada Mama Shelter es diferente, pero diseñado siempre con el fin de crear una atmósfera única e irreverente, con espacios para que las personas interactúen. Míticos son sus restaurantes en los que se pueden encontrar instrumentos musicales para hacer jam sessions improvisadas, o las máscaras que los huéspedes pueden encontrar en sus habitaciones para hacerse fotografías y enviarlas a las pantallas ubicadas en distintos puntos del hotel.
En el reto de convertir un hotel en una marca que suponga una experiencia única para el usuario, el diseño del espacio es clave. La definición de una estética propia, el cuidado de los detalles y el factor sorpresa, son necesarios en un momento en el que el confort y la comodidad ya se dan por sentado. Por ello, no basta con la definición del concepto, si no que la materialización del mismo en el equipamiento del hotel se convierte en un punto crucial.
Por otra parte, el peso de las redes sociales obliga a crear puntos o zonas “instagrameables”. Hablamos de escenarios icónicos que los huéspedes no puedan evitar compartir en sus redes sociales, hasta el punto de hacerse reconocibles. Un ejemplo que demuestra que para conseguir esto no hace falta hacer ninguna locura es el baño del restaurante Habanera de Madrid. Papel pintado en las paredes y columpios colgando del techo hacen que nadie pueda resistirse a compartir una imagen de esta zona.
Punto de encuentro social – más allá de las zonas comunes
Algo que nunca podrá ofrecer Airbnb o un apartamento turístico, es la posibilidad de crear puntos de encuentro sociales con la contundencia con la que lo puede hacer un hotel. Y reinventar esto es, precisamente, una de las claves para los hoteles que quieran destacar. Ya no basta con el tradicional bar o restaurante, pues las opciones son infinitas si somos creativos. Las posibilidades de éxito aumentan cuando los conceptos de estas zonas comunes se encajan dentro de la marca y la experiencia de la que hablábamos anteriormente. Desde espacios dedicados al wellness y al deporte hasta tiendas o zonas que actúan como espacios de coworking, los huéspedes ya no buscan en los hoteles sólo alojamiento.
El hotel Sir Adam, Amsterdam, recibe a sus visitantes en un lobby llamado The Hub, en el que se pueden consumir cervezas artesanas y hamburguesas y que está concebido para ser un atractivo en sí mismo. El hotel cuenta también con una biblioteca de vinilos para que los huéspedes elijan su propia música.
El hotel The Asbury, en Nueva Jersey, ha creado una zona exterior en la parece que siempre haya un festival callejero con foodtrucks, conciertos y barbacoas, convirtiéndose en un atractivo no sólo para quienes se alojan en el hotel si no también para los locales.
Otro filón importante para los hoteles son los espacios creados para trabajar, pues cada vez son más los nómadas que buscan espacios de coworking mientras viajan. El hotel Tru by Hilton, creado con los millenials en mente, ofrece espacios para trabajar de diferentes formas: zonas para concentrarse, para colaborar o para relajarse echando una partida de billar.
La oferta gastronómica y los nightbars también pueden ser una importante baza que pueden jugar los hoteles. Al igual que en los ejemplos anteriores, se convierten en un atractivo no sólo para los huéspedes, sino en un referente dentro de la oferta de ocio de la ciudad. El hotel Ned, en Londres, ofrece nueve restaurantes diferentes, incluyendo un cocktail bar con música en directo todos los días.
Algunos podrían decir que es un momento difícil para el sector hotelero, pero lo cierto es que se trata de un momento apasionante.
Al igual que ha sucedido en otros sectores, es hora de reinventarse, y la innovación, que no pasa sólo por la tecnología, es clave. Aportar valor a los huéspedes y desafiar sus expectativas son retos que sólo se pueden afrontar desde la creatividad y un alto conocimiento del sector y las tendencias. Los empresarios hoteleros deben confiar en equipos multidisciplinares, con profesionales del marketing, hospitality, la arquitectura y el diseño y equipamiento de espacios, para crear más que un hotel, una experiencia inolvidable.